Historias Ocultas: Crónicas del Más Allá

Es una colección cautivadora de relatos que exploran los límites entre la realidad y lo desconocido.
A través de crónicas inquietantes y sorprendentes

Ecos de un Accidente

Parte 1

La ciudad aún dormitaba bajo la tenue luz de las farolas cuando tres figuras tambaleantes avanzaban por la acera. Sus ropas estaban manchadas de polvo y barro, y un vago dolor palpitaba en sus sienes. No recordaban exactamente qué había ocurrido, pero sabían que debían volver a casa.
Adrián, el más alto de los tres, se frotó la frente y suspiró.
Menuda fiesta… siento que me ha pasado un camión por encima.
A mí me duele todo el cuerpo se quejó Clara, revisando un desgarrón en su vestido rojo.
Mateo se quedó en silencio, mirando a su alrededor con el ceño fruncido. Algo no estaba bien.

Parte 2

 Entonces, la vio. A través de la ventana, en la sala iluminada, una familia estaba cenando… en su casa. Pero lo más aterrador era lo que vio en el reflejo del cristal: no estaban allí. Ninguno de los tres.
Clara se tapó la boca con las manos. Mateo se quedó sin aliento. Adrián retrocedió un paso. En un segundo, la verdad cayó sobre ellos como un peso insoportable.
No… no puede ser… susurró Clara.
Morimos en el accidente —murmuró Mateo.
El recuerdo llegó como un relámpago: la carretera mojada, el coche derrapando, el impacto brutal. Un último grito ahogado. Y luego… el vacío.

Parte 3

Morimos en el accidente murmuró Mateo.
El recuerdo llegó como un relámpago: la carretera mojada, el coche derrapando, el impacto brutal. Un último grito ahogado. Y luego… el vacío.
La aceptación fue un golpe brutal. No podían volver a casa porque ya no tenían una. Sus vidas se habían apagado esa noche, y ahora vagaban como sombras atrapadas entre el mundo de los vivos y los muertos.
¿Y ahora qué hacemos? preguntó Adrián, con la voz rota.
Un viento frío sopló a su alrededor, como si el destino les respondiera. La figura avanzaba sin prisa,  a través de calles torcidas .  

Parte 4

callejones cada vez más estrechos. De repente, la niebla se espesó hasta casi cegarlos. Un leve murmullo llenó el aire, palabras incomprensibles que parecían susurradas desde las sombras. Clara sintió un escalofrío recorrer su espalda.
¿Dónde nos llevas? preguntó finalmente Mateo, rompiendo el silencio.
La figura se detuvo y se giró lentamente hacia ellos. Su rostro estaba oculto bajo una capucha negra, pero su voz sonó profunda y resonante.
Hacia el lugar al que pertenecen ahora.
Adrián tragó saliva. 

Parte 5

¿Y qué es exactamente ese lugar?
El desconocido levantó una mano y señaló a su alrededor. La niebla comenzó a disiparse, revelando un paisaje que no debía estar allí. No eran las calles de su ciudad, sino un mundo gris y desolado, donde siluetas errantes se movían sin rumbo. El cielo era una bóveda oscura, sin estrellas ni luna.
Este es el umbral, explicó la figura. El punto intermedio entre lo que fue y lo que será. Aquí deben decidir: seguir adelante o quedarse atrapados.
Clara sintió un nudo en la garganta ¿Y si no queremos seguir adelante?
La figura inclinó la cabeza

Parte 6

 Entonces, la vio. A través de la ventana, en la sala iluminada, una familia estaba cenando… en su casa. Pero lo más aterrador era lo que vio en el reflejo del cristal: no estaban allí. Ninguno de los tres.
Clara se tapó la boca con las manos. Mateo se quedó sin aliento. Adrián retrocedió un paso. En un segundo, la verdad cayó sobre ellos como un peso insoportable.
No… no puede ser susurró Clara.
Morimos en el accidente murmuró Mateo.
El recuerdo llegó como un relámpago: la carretera mojada, el coche derrapando, el impacto brutal. Un último grito ahogado, el vacío

Parte 7

Entonces permanecerán como sombras, vagando sin destino, aferrándose a un mundo que ya no les pertenece.
Los tres amigos intercambiaron miradas. La verdad era cruel, pero no podían cambiarla. El destino les exigía una decisión.
Adrián inspiró hondo y tomó la mano de Clara. Mateo asintió con solemnidad. No querían quedarse atrapados en la nada. Juntos, dieron un paso adelante y cruzaron el umbral.
En un parpadeo, todo desapareció.
Un sonido lejano los despertó. Un pitido insistente, sirenas a lo lejos.

parte 8

Adrián abrió los ojos con dificultad. Sentía el rostro húmedo y pegajoso. La lluvia caía sobre él. Miró a su alrededor y vio a Mateo y Clara en el interior del coche, aturdidos, pero vivos.
¿Qué… qué ha pasado? balbuceó Clara, llevándose una mano a la cabeza.
Las luces intermitentes de las ambulancias y patrullas iluminaban la escena. Los paramédicos corrían hacia ellos. La imagen del mundo fantasmal se desvanecía en sus mentes como un sueño extraño y aterrador. Pero los tres sabían que había sido real.
Mateo soltó una risa temblorosa.

Lo conseguimos volvimos.
Se miraron unos a otros, sonriendo débilmente. No entendían cómo ni por qué les había sucedido aquello,

pero estaban vivos. Habían regresado al mundo real. Y eso era lo único que importa

¿ Encuentras interesante este tema?

A través de crónicas inquietantes y sorprendentes, descubrirás misterios sobrenaturales, encuentros paranormales y fenómenos que desafían toda lógica. Cada historia te llevará a un mundo donde lo inexplicable cobra vida y las fronteras de la razón se desvanecen.

¿Te atreves a cruzar el umbral hacia lo oculto?

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